Después de la muerte de la reina Isabel, viene la repartición de los bienes.
Durante 70 años al frente de la monarquía británica, la reina Isabel II cultivó un estilo de la moda discreto y sobrio: sus manos cogidas entre sí, un bolso pequeño y delicado colgando de su brazo, sombreros a tono con su vestuario, muchos de ellos en tonos pastel, sus favoritos. Un clásico sentido del estilo.
Historia aparte son las joyas reales. La monarca poseía dos colecciones: la primera pertenecía a la Corona y no podrá dividirse entre sus familiares, ya que pertenece a la nación. La segunda, que era privada y que tiene un valor incalculable, será la que se repartan sus herederas por orden jerárquico.
Camilla Parker-Bowles, la princesa Ana (su única hija), Kate Middleton, la princesa Charlotte e incluso Meghan Markle elegirán qué joyas de la reina Isabel se heredarán.
Hay dos, sin embargo, con las que no podrán contar en el reparto, pues Isabell II pidió ser enterrada con ellas debido a su gran valor sentimental.
Su anillo de bodas es una de las piezas con las que Isabel II descansa eternamente en Windsor. Se lo regaló Felipe de Edimburgo el día de su boda en 1947 y no se lo quitó desde entonces. También pidió ser enterrada con sus infaltables aretes de perlas.
Otra joya que jugó un papel importante en la historia de la reina y de la corona misma son los broches.
Una millonaria colección de la que hacen parte los broches Cullinan V, IV y III –llamados así por estar engastados con diamantes de la colección Cullinan– y que pasaron a manos de Isabel en 1953 por herencia de su abuela, la reina María, quien previamente, en 1912, había transformado la tiara Delhi Durbar, una de las más simbólicas de la monarquía británica, en los broches III y IV.
El juego incluye también el diamante tallado más grande del mundo –el Cullinan I– y el segundo en tamaño, montado en la Corona Imperial del Estado. Uno de los broches con mayor valor sentimental para la reina Isabel fue el Flor de Diamante de Seis Pétalos, obsequio al parecer del personal de palacio por su cumpleaños número 21. Ella lo lució constantemente en los años previos a convertirse en reina y hasta sus últimos días seguía siendo uno de los favoritos de su colección.
Personal cercano a la familia y expertos reales aseguran que la ahora Princesa de Gales, Kate Middleton, recibirá la gran parte de la colección de ropa –de la que hacen parte prendas de varias décadas de antigüedad– y joyas de la Isabel. También lo hará la Reina Consorte, que sin embargo tendrá ‘la primera opción’ para elegir.
Según la editora en jefe de Majesty Magazine, Ingrid Seward, las ‘herederas’ de su cuidado clóset recibirán artículos que habían sido “clasificados y organizados por la Reina misma hace algún tiempo”. Además, la monarquía reservó algunas piezas para uso de la esposa del monarca reinante, Camila Parker, pues ella requerirá una variada colección para cumplir con los compromisos sociales que demandan su nueva posición.
Otros artículos, como el vestido de novia y el vestido de coronación de la difunta monarca, se “conservarán con fines históricos” y se exhibirán al público.